Tengo un sentido prudente,

que vos, un día, me quitaste,

una herida llena de sal,

que vos poco a poco sanaste.

Si me preguntás que quiero,

quiero una vida a tu lado,

llena de música y sol,

sólo los dos abrazados

por nuestra propia historia,

nueva y hermosa.

Pero un día el amor no alcanzó,

y mi almohada de hizo de espinas,

al saber que no estabas,

ni éramos, los dos,

en la misma cima.

Un día que te pensé,

creí poder volver a crearte,

sólo la poesía me salvó,

de ese día volver a buscarte.

Porque si tu amor llena cada espacio,

cada vez que nos abrigamos

bajo el mismo algodón,

también se me hiela el cuerpo,

cuando me decís que no.

Vos ya aprendiste, mi alma,

que difícil es de nuevo olvidarte,

si ya sabés, mi amor,

que no puedo volver y dejarte.

La vida dolía menos en tu abrazo,

el sol quemaba menos en tus besos,

cómo puedo convencerme,

que el amor no tiene que ver con eso.

Y si me preguntás otra vez que quiero,

no lo voy a dudar nunca más,

hubiera querido que aquel mayo,

me hubieras amado de verdad.

Pero si hubiera sabido que era tan difícil,

mi amor, la verdad,

es que hubiera querido no conocerte

para hoy no tenerte que olvidar.

Porque si tu amor llena cada espacio,

cada vez que nos abrigamos

bajo el mismo algodón,

también se me hiela el cuerpo,

cuando me decís que no.

Por eso, mejor decime que sí,

que si era verdad el amor,

con el que cada mañana me recitabas

buenos días,

con el mismo que me preparabas el desayuno,

por darme cinco minutos más

de descanso en tus caricias.

Porque si tu amor llena cada espacio,

cada vez que nos abrigamos

bajo el mismo algodón,

por favor, ya no me dejes quedarme,

si me vas a decir que no.

Del invierno

Del invierno sólo me gustan algunas cosas,

los sweaters holgados,

las mandarinas al sol,

el olor a madera quemada que abruma a la ciudad,

el ruido de la cuchara contra la taza,

cuando se bate el café con leche

de la tarde hecha noche,

de la claridad hecha penumbra.

y la excusa que se encuentra cada dos por trés,

para juntar el calor de dos cuerpos en un abrazo.

pero el invierno más me duele,

porque me respira vapor por las heridas que

todavía no cerraron.

Porque la noche no me da tiempo para olvidarte

y secarte al sol,

porque la luz del día no alcanza,

para calentar el frío,

que trae tu nombre.

me duele, porque a las once de la noche,

hace un par de daños,

hace un par de engaños,

hace un par de despedidas,

sentía tus besos,

y mi ropa, tenía tu olor.

porque salir a la puerta de casa,

es verte ahí, a esa hora, en otro tiempo,

en ese mismo lugar,

esperando por mí,

y verme a mí,

justo ahí,

esperando por ti.

Después de vos, hay canciones que no pude volver a escuchar, hay apodos que ya no me salen decir, hay comidas que no he podido cocinar, porque no me salen tan bien como a vos; hay cosas que he tenido que esconder, y muchas fotos que he tenido que borrar. Hay lugares a los que no pude volver, y hay aromas que me angustia sentir.
Después de vos, hay frases en mis labios que no me pertenecen, y pequeñas muletillas que me lastima soltar; hay lados de mí cama más fríos donde ya no puedo dormir, hay momentos de mí vida que no puedo recordar.

Después de vos, hay espacios en mi casa donde odio estar, y papelitos de colores que tuve que tirar. Hay plantas que no puedo ni ver, y películas que me lastiman de volverlas a ver. Hay frases que odio, hay poemas que quiero olvidar y vídeos que tuve que borrar.

Después de vos, hay un trozo de mí que tuve que dejar ir. Pero aunque no esté entera, te puedo asegurar que algún día voy a volver a estarlo, y ese día no está tan lejos. Después de vos, me voy a volver a amar, y me voy a poder olvidar. Después de vos hay canciones nuevas que voy a escuchar, apodos nuevos que voy a inventar, comidas nuevas que voy a crear, plantitas nuevas que voy a comprar. Después de vos hay tanto, que voy a volver a amar.

Carta a tu ausencia III

No me alcanza la cabeza ni el tiempo para llegar a la conclusión adecuada de por qué lo hiciste. El dolor que yo siento, creo que nunca lo vas a entender. Y quizás un día te acuerdes de mí, un día después de años sin verme, y seguro hasta ese entonces me voy a seguir preguntando, ¿por qué? ¿Por qué me quisiste romper? ¿por qué no me ahorraste el dolor que me causauste? Tanto dolor me causaste, que aún mi cuerpo tiembla cuando recuerdo esos días, esas frases tuyas, llenas de odio, llenas de insensibilidad, llenas de alguien que ya no era mío, de alguien que no conocía, de alguien que ya no soñaba. Pero me quería quedar, sangrando para ver si en algún momento me veías y te dabas cuenta que era yo. Que me habías tenido en tus brazos, que sabías qué me daba miedo y que me hacía reír. Sabías lo que me dolía de la vida y lo que significaba para mi amarte. Y es que ya no lloro recordando lo que me hiciste, sino recordando cuánto te amé, cuánto te amé. Eras parte de mí. Me dolías en tu dolor y me llenabas en tus alegrías. Creía que tenía a alguien especial a mi lado, a alguien que no mostraba eso que lo hacía especial a nadie más, y quería, con todo mi corazón, que todos te vieran como yo te veía, que todos te valoren por lo que eras. Jamás te quise para mi, egoístamente, y si algún día así lo sentiste, o sentiste que te quise cambiar, quiero que sepas que era porque creía que así ibas a estar mejor. Que ibas a ser más feliz. Y no, no siempre tuve la razón. Sólo quiero olvidarte.
El amor se supone que todo lo puede, se supone que no muere, se supone que no lastima. Y me di cuenta que este no es el amor que creí que teníamos. El amor que tanto atesoraba. Te amaba tanto que hasta te quería cuidar de mis errores del pasado. Jamás te involucré en la suciedad en la que yo había estado, no quería que tocaras eso, eras tan puro y santo para mí, que hasta decidí alejarme por sí mis errores te hacían daño, te amaba. Te amaba. Te amaba. Te amaba. Te amaba con mi cuerpo. Te amaba con mis manos. Con mi mente, con mi ser. En cada cosa que hacía te traía conmigo. Cada logro lo festejaba con vos, aunque no supieras de mi ni yo de vos. Pero lograste lo que ni el tiempo ni la distancia pudo hacer con mi amor por vos: que se agotara.

Ya no quiero que me duelas. Ya no quiero acordarme de cuánto te amé. Yo no me puedo haber enamorado de vos. No sé quién sos. Ya nunca más lo voy a saber.