No me alcanza la cabeza ni el tiempo para llegar a la conclusión adecuada de por qué lo hiciste. El dolor que yo siento, creo que nunca lo vas a entender. Y quizás un día te acuerdes de mí, un día después de años sin verme, y seguro hasta ese entonces me voy a seguir preguntando, ¿por qué? ¿Por qué me quisiste romper? ¿por qué no me ahorraste el dolor que me causauste? Tanto dolor me causaste, que aún mi cuerpo tiembla cuando recuerdo esos días, esas frases tuyas, llenas de odio, llenas de insensibilidad, llenas de alguien que ya no era mío, de alguien que no conocía, de alguien que ya no soñaba. Pero me quería quedar, sangrando para ver si en algún momento me veías y te dabas cuenta que era yo. Que me habías tenido en tus brazos, que sabías qué me daba miedo y que me hacía reír. Sabías lo que me dolía de la vida y lo que significaba para mi amarte. Y es que ya no lloro recordando lo que me hiciste, sino recordando cuánto te amé, cuánto te amé. Eras parte de mí. Me dolías en tu dolor y me llenabas en tus alegrías. Creía que tenía a alguien especial a mi lado, a alguien que no mostraba eso que lo hacía especial a nadie más, y quería, con todo mi corazón, que todos te vieran como yo te veía, que todos te valoren por lo que eras. Jamás te quise para mi, egoístamente, y si algún día así lo sentiste, o sentiste que te quise cambiar, quiero que sepas que era porque creía que así ibas a estar mejor. Que ibas a ser más feliz. Y no, no siempre tuve la razón. Sólo quiero olvidarte.
El amor se supone que todo lo puede, se supone que no muere, se supone que no lastima. Y me di cuenta que este no es el amor que creí que teníamos. El amor que tanto atesoraba. Te amaba tanto que hasta te quería cuidar de mis errores del pasado. Jamás te involucré en la suciedad en la que yo había estado, no quería que tocaras eso, eras tan puro y santo para mí, que hasta decidí alejarme por sí mis errores te hacían daño, te amaba. Te amaba. Te amaba. Te amaba. Te amaba con mi cuerpo. Te amaba con mis manos. Con mi mente, con mi ser. En cada cosa que hacía te traía conmigo. Cada logro lo festejaba con vos, aunque no supieras de mi ni yo de vos. Pero lograste lo que ni el tiempo ni la distancia pudo hacer con mi amor por vos: que se agotara.
Ya no quiero que me duelas. Ya no quiero acordarme de cuánto te amé. Yo no me puedo haber enamorado de vos. No sé quién sos. Ya nunca más lo voy a saber.